El proyecto surge de la necesidad de dotar a la zona del pantano del Negratín en Zújar de un nuevo balneario que aproveche las aguas termales de la zona puesto que el balneario que databa de la época romana tan conocido en el lugar fue anegado tras la construcción del pantano.
El nuevo edificio responde a las necesidades de nuevos baños, estancias nocturnas y a la vez incorpora la función de centro de visitantes para recuperar y poner en valor la historia del lugar.
Morfológicamente el edificio se compone de dos piezas longitudinales que nacen, y se desarrollan a lo largo de la colina más cercana a la que fue la situación original de los baños. Estas dos piezas van cambiando de altura y fondo según las posibilidades del terreno, tallándose en altura a través de las cubiertas inclinadas y dando cobijo a los diferentes usos; a parte se crea una pieza en el punto de mayor tensión, uniendo los dos usos en la única pieza sobre rasante que conforma la entrada principal al baño y restaurante.
La parte de las piscinas queda situada en la zona de menor pendiente y se desarrolla con más contacto al terreno, tanto vertical como horizontalmente a través de varias láminas que van bajando por él y se pierden en la visual hacia el pantano
Prácticamente la totalidad de la construcción se realiza debajo de la cota 0 para evitar un impacto visual en una zona en la que predomina el entorno natural. Su materialdad surge a partir de la idea del resurgir del edificio de las profundidades, en forma de aspecto compacto y resistente como si se edificara la misma tierra, con el hormigón; y de muro cortina con celosía cerámica que representa el entorno y reflejo de la lámina de agua del pantano
Planta de situación y cubiertas
Planta baja
Planta -1
Planta -2
Vista frontal exterior
Vista lateral exterior
Vista interior balneario
Vista exterior balneario
Vista piscinas interiores
Sala de exposición del agua
Sala de exposición del terreno