Para aprovechar al máximo la doble altura y gran ventanal que tiene la sala de este departamento, se hizo una reorganización del programa y se dejó todo este espacio como área de estar. El gran muro que marca el ingreso se dejó en color blanco y sobre él se colocaron cuatro piezas de la antigua celosía que formaba la barda perimetral de la sede de la UDLA en la Ciudad de México muy cerca de ahí. La geometría de estas piezas, el ventanal y la escalera aprovechan la amplitud del espacio y dan la bienvenida hacia una zona más íntima, llena de textura y color donde se ubico el espacio para sentarse, compuesto por una cuidada selección de sillones y piezas de autor.
El primer nivel remata con la cocina, un espacio muy grande que se abre hacia una terraza a la que se le dio una importante personalidad por medio de vegetación. Otro cambio en el programa fue ubicar el comedor dentro de la cocina para lo que se hizo una división ligera formada por tiras de madera e hilos de lana que recuerdan a un telar. La puerta de servicio se cubrió con una cortina para hacer más cálido el espacio y enfatizar su importancia dentro del espacio.
En el segundo nivel, se encuentra el área privada compuesta por una pequeña recámara que se designó como cuarto de televisión y que se integra a la doble altura por medio de una tronera de piso a techo, dentro de la que se encuentra un baño de visitas acabado con mosaico veneciano color rojo. Para complementar la alegría de este espacio se puso una cortina de plástico —utilizando plástico de mantel de fonda— floreado en tonos rojos, azules y amarillos. El estudio y la recámara principal, que dan hacia la terraza posterior, además de tener entradas separadas, están comunicados por un baño en común. El estudio es también cuarto de visitas o espacio multiusos.
En la recámara principal el espacio no era amplio por lo que todo el muro donde se recarga la cama se tapizó con la misma tela que la base de la cama para generar un ambiente integrado. La paleta de color y texturas seleccionadas para todo el proyecto están inspiradas en San Cristóbal de las Casas, una ciudad que el arquitecto Velasco estaba visitando con mucha frecuencia durante el tiempo que hizo este proyecto. El resultado es una colección de ambientes en el que cada espacio es un microcosmos con personalidad única.