El mayor desafío de este proyecto era el cambio del cliente de unas oficinas donde llevaba 45 años a un espacio que fuera nuevo; una transición en la cultura laboral que implicaba un cambio de look más joven y fresco. El mismo diseño del edificio nos favoreció por la doble altura y las posibilidades que se podían realizar ahí. La sobriedad, la comunicación, la elegancia, la apertura son los conceptos que se leen en todo el proyecto, creando una sinergia única.
El proyecto buscó llevar a la empresa a la modernidad, por lo que había que cambiar de espacio para satisfacer la demanda de personas actual, además de poder implementar nuevas formas de trabajo para fomentar reuniones informales, la comunicación con espacios abiertos y tener una mejor comunidad haciendo que las áreas tengan una mayor interacción.
Cambiando las estaciones de trabajo y reduciendo las jerarquías organizacionales, ya no existen privados para los directores. En cuanto a imagen, los colores que se manejaron son neutros y los combinamos con acentos en rojo, azul y morado, haciendo el espacio clásico, pero con el dinamismo de los distintos matices. La planta abierta también es clave para tener luz natural en todos los espacios.
Al centro de la planta, frente a los elevadores, se encuentra la entrada a la recepción, donde está un volumen con servicios administrativos y algunas salas de juntas. En la periferia están las estaciones operativas, de coordinadores y gerenciales, dando prioridad de vista a los gerentes.
El segundo nivel es un piso principalmente de socios. Existe una zona abierta con operativos y gerentes, ya que son las áreas de la organización que más tienen contacto con los socios. Los dos niveles están intercomunicados por medio de una escalera interna, la protagonista que hace evidente la doble altura del edificio.