La Galera - CRAFT Arquitectos

Xotepingo es un edificio de 35 departamentos situado en el sur de la Ciudad de México, en un extremo de la delegación Coyoacán, este proyecto en respuesta a su contexto se comporta como un bloque sólido que se retrae en algunas secciones de su fachada de manera puntual para buscar que el contenido se convierta en un espacio vivo al interior. Al estar en una esquina, el edificio se caracteriza por ser esbelto y discreto sobre la calle diminuta del costado y como un monolito sólido que se fragmenta mediante sombras sobre la afluente avenida, el acabado aparente del mismo, permitirá que el tiempo acentué los aciertos de cada uno de los materiales usados en su diseño y modulación. De este modo el proyecto se comporta geométricamente como una serie de huecos que se desplazan de manera escalonada sobre las gruesas líneas de las trabes que se asoman en la fachada seccionando cada uno de los 7 niveles del edificio, estas aperturas a su vez son el corazón de la vivienda, ya que al ser grandes vanos permiten que el sol circule por cada uno de los espacios interiores mientras el día transcurre; a su vez este movimiento solar es el carácter del edificio, ya que genera un entramado de sombras por el natural baile de luz que cae sobre la fachada que refresca los interiores del proyecto. Bajo esta premisa, la plusvalía del proyecto radica en la interacción del habitante con el interior, por ello se han diseñado 13 tipologías de vivienda que, en suma con la idea de generar una terraza que funciona como patio central dentro de la distribución, son capaces de generar un dialogo espacio-terraza-habitante. La vegetación es una aliada del diseño ya que cae estratégicamente por los balcones en las terrazas y sobre los puentes de acceso a cada vivienda, que de igual manera, funcionan como elementos que se desplazan de manera vertical a lo largo del edificio, de esta manera cada elemento diseñado tiene la función de acentuar la sensación de espacio privado con interacciones comunales a lo largo de todo el proyecto para tratar de establecer la conexión social que será imperativa para que el edificio se comporte como un elemento vivo.

El proyecto se ubica en la colonia Lafayette en Guadalajara haciendo esquina con las calles General San Martín y Lerdo de Tejada. Lo primero que se hizo fue un análisis de la zona que nos compete, una zonificación de usos y tipologías de construcción tal y como muestran los diagramas que se adjuntan. En la colonia abunda arquitectura de principios del siglo pasado, calles arboladas y grandes casonas catalogadas con amplios jardines al frente. Una zona concebida como habitacional que sin embargo hoy en día se encuentra llena de oficinas y comercios con un carácter singular. Los inmuebles de principios de siglo conviven hoy en día con proyectos recientes que superan con creces las alturas de este tipo de edificaciones, llegando algunos de ellos a superar los 70 metros. Creemos importante que la colonia preserve su esencia y personalidad aunque por supuesto se debe ir adaptando a las necesidades y demandas de hoy. El predio tiene un Inmueble de Valor Artístico Relevante, una casa de los años 50 que, desde el principio, el integrarla en el proyecto presente ha sido una premisa indispensable. Otro de los objetivos que se persiguió en la elaboración del proyecto fue el de no generar un volumen muy agresivo hacia la calle, cosa que resultaría de aplicar directamente el volumen resultante del CUS y COS permitidos. Es por ello que se plantea un basamento que es el que se relaciona con la escala urbana y el perfil característico de la colonia Lafayette y una torre de mayor altura, sin sobrepasar los límites permitidos por el reglamento, ubicada en la esquina más alejada de ambas calles. De las características del inmueble protegido que más se valoró es la volumetría que generan los diferentes cuerpos que la conforman hacia el exterior. Haciendo una relectura del volumen se plantea un basamento comercial que dialoga con la edificación existente. De aquí se desplanta la torre, que albergará 75 viviendas, que se divide en tres intentado generar un juego de volúmenes parecido. El escalonamiento crea azoteas verdes que serán destinadas tanto a uso residencial como comercial y su vegetación se ‘fundirá’ con las calles arboladas de la colonia. El proyecto plantea un volumen sobrio que no quite protagonismo a la casa protegida, la intención es que se vea enmarcada por el basamento. En lo que respecta a la materialidad se propone una combinación de vidrio y concreto con pigmento de un color similar al tono anaranjado de los ladrillos que rematan los diferentes volúmenes de la casa y a muchas edificaciones de ladrillo de la zona. Actualmente la casa existente tiene una barda perimetral que divide el espacio privado del público. El proyecto propone eliminar este límite entre ambos y generar un espacio público abierto a la calle que se fusione con ella, a diferencia de muchas áreas comerciales actualmente que son cerradas sobre sí mismas y no aportarían un valor agregado a la colonia.

Junto a uno de los ejes viales de mayor importancia en la ciudad, se erige Zapata 428B. Edificio de carácter habitacional que integra, en un cuerpo de seis niveles, 20 departamentos con estacionamiento y roof garden. Desde el inicio la premisa era conseguir un edificio que se integrara de manera orgánica a la geometría desigual del terreno; y que a fuera a partir de ese carácter orgánico que su materialidad destacara con naturaleza. Con tonalidades que van desde el gris claro a uno que llega casi al negro destacan las profundidades y el juego que al volumen representa: un volumen central de concreto, uno más que encapsula el cuerpo posterior en color negro y un juego de cajas frontal que genera un efecto de degradación. Cuatro departamentos tipo definen la planta: privacidad, iluminación y ventilación natural son los ejes rectores para la disposición de la misma; siendo dos de estos departamentos los que desafían al eje vial de Zapata con volúmenes cúbicos que sobresalen y se sumergen a la diagonal que define el terreno, proporcionándose entre sí una barrera visual que promueve ante todo la privacidad. Y dos más los que con patios posteriores consiguen esta respuesta. Aun integrándose al entorno, es justo la neutralidad del edificio lo que genera un punto de choque con la heterogeneidad del contexto. Su volumetría, aunque parte de una respuesta ordenada y simple, genera un efecto de complejidad que desdibuja la linealidad de la avenida y ofrece a quien lo vea: un espacio para recordar.

El departamento se encuentra ubicado en México D,F en la Col. Bosques de las Lomas en Parque Residencial Vidalta, cuenta con 440 m2 y 72 m2 de terraza. El departamento está diseñado en base a las necesidades del cliente junto con el que se elaboró el programa arquitectónico. El área principal en la que se llevarán a cabo las actividades diarias más importantes de la familia es el espacio público comedor, estancia y el espacio privado del family room. Estas estancias se ordenaron y resolvieron por medio de una gran caja volada que contiene el bar del lado público y una oficina del lado del family room. Esta caja volada que nos separa estos dos espacios principales y da privacidad al family se conforma de dos caras de granito negro y dos de vidrio, para darle transparencia y aprovechar la luz natural del departamento. La caja se ilumina de forma indirecta tanto en la parte inferior como en la superior convirtiéndose así en una gran lámpara central en el departamento. La ubicación del family room y antecomedor se definió en base al programa y a la importancia de espacios y su necesidad de iluminación natural. Se generaron plafones en cada tablero formado por la estructura propia del departamento con luz indirecta para aprovechar y crear mayor altura al espacio. Dentro de este gran espacio tenemos una caja con lambrín de madera con detalles de iluminación puntual al que se le da profundidad con un espejo satinado gris, que juega con diferentes tonos de la iluminación natural y artificial y genera calidez y amplitud en el espacio. La cocina está contenida por una gran caja de mármol gris que fue pensada en grandes placas creando sobriedad y elegancia. El estudio y recámaras fueron considerados como un espacio independiente y privado. El estudio tiene también la función de ser vestíbulo a las recámaras y conectar al área de servicio. Se buscó generar calidez en dichos espacios usando maderas en colores claros para los lambrines y un entrevigado en plafón con iluminación indirecta para crear un espacio acogedor y a su vez brindar un área de estudio. La paleta de materiales que se eligió para este departamento es muy neutra compuesta por materiales pétreos y maderas, tonos tierra que permitieron tener versatilidad y dar acentos de color con la decoración, tela y tapicería de todo el departamento.

Ubicado en la zona de Bosques de las Lomas, en Ciudad de México, el departamento Avivia 1212 responde a un esquema de interiorismo en el que, el equipo de Craft Arquitectos buscó reorganizar los espacios existentes para hacerlos más eficientes, para ello cambiaron la mayoría de las disposiciones de las áreas con el objeto de tener las mejores vistas para los residentes de la casa, sin sacrificar el protagonismo que querían brindar a las áreas sociales, además con el nuevo programa arquitectónico se ganaron espacios que no existían, un bar, una oficina y el antecomedor. A través de un concepto de bloques, se desfasaron las diferentes áreas, mismas que se van descubriendo gracias a una materialidad cambiante, así se generó un eje de iluminación natural que recorre de lado a lado el departamento, esta luz sirve como hilo conductor entre todas las áreas públicas. La geometría de los plafones es un elemento importante en las áreas de circulación y las áreas públicas del departamento. Los materiales, la mayoría de ellos en colores neutros, terminados en su estado natural, acentúan y dan lugar a un trazo en donde las áreas sociales eran la prioridad de los usuarios. El bar se conecta e interactúa con el espacio de sala-comedor abierto. El acceso de servicios es una caja revestida en madera, oculta detrás del librero que se encuentra al centro del departamento, mismo que funciona como división entre las áreas públicas y privadas. El diseño contempla una oficina, área de ludoteca y family room, este espacio está enmarcado por la composición del cubo de madera flotada que lo envuelve. Las áreas privadas son habitaciones generosas con baño completo y vestidor. La habitación principal luce un guardarropa con una espléndida iluminación natural y una amplitud que aporta a la comodidad y a la privacidad de los usuarios. Asimismo, la regadera de este espacio cuenta con una imponente vista panorámica al nororiente de la zona metropolitana.

El departamento se ubica al poniente de la Zona Metropolitana, al interior de un residencial de lujo. Una de las premisas de este proyecto, dada su exclusividad, era reorganizar los espacios y crear un entorno único, personalizado en todos los sentidos. Se limpió el diseño de la planta y así fue como el equipo de Craft Arquitectos llegó a los verdaderos atributos del departamento, desde una distribución más adecuada y una proporción a la medida de las necesidades de los usuarios. Plantearon el trazo de un pasillo de norte a sur que funciona como eje organizador de las diferentes áreas del departamento: se generó un núcleo central para la cocina y el family room, la transparencia del pasillo se conservó aislando la cocina con dos puertas de cristal que le dan accesos desde ambos extremos del corredor. Las aperturas que se generaron en todo el departamento han optimizado la entrada de luz natural, por lo que los interiores se leen como espacios luminosos y cálidos En tanto, la recámara principal se reubicó en el espacio que goza de la mejor vista del proyecto, con 180 grados de panorámica hacia la colina y, al fondo, la Ciudad de México. La ducha aprovecha una de las esquinas de esta habitación, como elemento escultórico frente a una vista espectacular. Las áreas sociales se sienten integradas en un solo espacio, pero, al mismo tiempo, gozan de la privacidad que cada una requiere La materialidad, en la que predominan maderas, piedras y elementos neutros, se combina con un mobiliario que agrega un toque contemporáneo, brinda personalidad a los espacios y refuerza la sensación de confort.

Core 31 - CRAFT Arquitectos

El proyecto ubicado en la Colonia La Fayette, en Guadalajara, enfrentaba retos como la misma normativa de construcción, que nos permitía un edificio de máximo seis niveles. El volumen resultante aplicando el reglamento vigente y los 40 departamentos solicitados por el cliente es mucho más agresivo con el tipo de edificación de la zona. Es por eso que se plantea un volumen horizontal de 4 niveles a nivel de calle y un volumen en la parte trasera de mayor altura que dialoga con el edificio de 14 niveles que hay en el terreno posterior. El volumen horizontal alberga 12 departamentos tipo town-houses (dos niveles), mientras quela torre contiene departamentos un poco más grandes y resueltos en una sola altura. Con lo que se consigue un proyecto modulado y ordenado para los usuarios, quienes podrán disfrutar de un espacio comercial en planta baja, un patio interior al fondo, que se convierte en una plaza pública de acceso, convivencia y ocio. Finalmente, el concepto urbano e industrial, que se asienta perfectamente con el contexto inmediato de la propuesta, es redondeado con una fachada en donde predomina tabique, que al mismo tiempo es un material que protege a los usuarios del intenso calor de Guadalajara.

En un predio de 202 m2 ubicado en la colonia Nápoles, en la Ciudad de México, encontramos este desarrollo habitacional de 5 niveles en el que Craft Arquitectos diseñó un departamento por piso, cada uno de 150 metros cuadrados, que se perciben muy bien iluminados y funcionales. El reto fue el resolver la planta angosta de la vivienda, una crujía de poco más de 6 metros de frente y 35 metros de fondo. Por las proporciones del predio era inevitable tener un pasillo de circulación muy largo, así que la intención desde el principio fue tratar este espacio como uno de los principales de la casa, iluminándolo y creando ensanchamientos del mismo corredor para crear zonas de estar. Partieron de una retícula de 3x3 metros considerando este módulo como el óptimo para la distribución de espacios habitables de una casa. En este patrón se seleccionan dos de los módulos como cubos de luz teniendo en cuenta los vacíos y patios existentes en las edificaciones colindantes creando una mayor sensación de amplitud aprovechando el exterior, los vanos fueron recubiertos con vidrio reflecta para dar privacidad entre los departamentos superiores e inferiores. Estos cubos además de marcar un ritmo en el largo pasillo que conecta los diferentes espacios de la casa, dividen la zona pública de la privada. A través de ellos también se iluminan y ventilan las recámaras secundarias, baños y el estudio abierto hacia el pasillo. El volumen hacia la calle pretende realzar su marcada proporción vertical, por lo que el acceso se remete y sobre este vuela una caja de concreto. El material elegido para el acceso tanto peatonal como vehicular ha sido también vidrio reflecta que refleja la vegetación existente en la banqueta, y potencia la sensación de que el volumen de concreto flota. Esta caja frontal contiene los balcones y vegetación de las viviendas, sobre ella contrasta una doble fachada de la lámina RAU color cobre que cierra el volumen. Esta lámina plegable además de darle movimiento a al paramento exterior con las aperturas y cierres que los habitantes de los departamentos pueden cambiar a su gusto ofreciendo una imagen diferente del edificio si es de día o de noche, también brinda privacidad a las viviendas y protege acústicamente el interior del ruido del intenso tránsito de la zona.

El proyecto se ubica un predio de 1618 m2 en la Avenida Américas en Guadalajara, Jalisco, haciendo esquina con la calle Rio de Janeiro. Se trata de una torre de oficinas de 18 niveles en una de las arterias financieras más importantes de la ciudad, siendo los dos primeros niveles de uso comercial. Una de las primeras premisas a la hora de desarrollar el proyecto fue la necesidad de crear un edificio con un óptimo comportamiento térmico para dar respuesta a las condiciones climáticas de Guadalajara y orientado al Country Club de Golf, las mejores vistas de la zona. Otro de los objetivos que se persigue con el proyecto es la de generar un espacio flexible en cada una de las plantas, lograr una planta libre. La propuesta de Torre Helix quiere dar respuesta a la necesidad inminente de cambio del México; es necesaria la aplicación de mejores técnicas de diseño y construcción para lograr una estabilidad energética y sustentabilidad. El volumen se compone de un núcleo de comunicaciones estructural descentrado que permite que el área habitable de oficinas esté orientada hacia el norte y al Country Club, dejando las escaleras de emergencia en la zona térmica de mayor incidencia solar, así el edificio ofrece un buen comportamiento térmico, requisito indispensable para obtener la certificación LEED. El tener el núcleo de comunicaciones recargado hacia el sur junto con la torsión del volumen hace que su comportamiento estructural sea más rígido y se comporte mejor ante el sismo además el giro hace que el edificio se de sombra a sí mismo mejorando notablemente su comportamiento térmico. El proyecto se desplanta sobre una superficie de 801.19 m2 remetida 7 metros sobre el límite del terreno de Avenida de las Américas, generando un basamento público que absorbe el desnivel existente entre las calles y se despliega creando las rampas de acceso al edificio. La planta tipo va girando sobre su centro de gravedad 1.5° con respecto a la planta anterior en los 16 niveles de oficinas y los dos comerciales y genera un volumen con torsión, con un desfase de 28 ° entre la planta baja y la planta de azoteas.

En Tijuana, a pocos metros de la frontera con Estados Unidos, se ubica el desarrollo New City Medical Plaza, el cual se desplanta en un terreno de 7 mil 700 metros cuadrados. Como propósito principal, el desarrollo pretende ordenar y satisfacer la demanda de turismo médico, uno de los rubros económicos que registra mayor crecimiento en la zona fronteriza. El predio se ubica en el Paseo Centenario, una de las zonas emblemáticas de la localidad, rodeada de áreas verdes y muy cerca de la Diana Cazadora. Fue la abundante vegetación sobre el Paseo Centenario lo que hizo que desde el principio quisiéramos crear una zona de estar a la altura de la copa de estos árboles. Esto unido a la preocupación del cliente en la búsqueda de crear un espacio público pero acotado y seguro a la vez dio lugar a las dos zonas comerciales que se proponen, una a pie de calle, y otra en el primer nivel donde se ubican los restaurantes y el food court. Este cuerpo comercial de menor altura es el que pone en relación dos torres desfasadas entre sí. Una de ellas, la más alta alcanzará 120 metros y albergará un programa de consultorios médicos y la segunda de 50 metros de altura contendrá un hotel. Todo el volumen se ve unificado por una piel perforada que, además de dotar de carácter al proyecto, ayuda al control solar del edificio. La fachada se compone por una doble piel perforada, logrando una zona de confort en el interior gracias a dos factores: la sombra que el panel provee sobre el vidrio interior y el flujo de aire que circula entre las dos pieles.

Este departamento se ubica en Acapulco, ciudad que se caracteriza por ser uno de los principales destinos turísticos del país. Maralago 802 forma parte de un residencial pensado para que las familias gocen de un estilo de vida único, ya que se encuentra a pocos minutos de centros comerciales, clubes deportivos y del centro de la ciudad. La propuesta combina amplitud, funcionalidad, equilibrio, estética y dispositivos tecnológicos inteligentes para que los dueños vivan cómoda y armoniosamente. El sol, los vientos dominantes y la orientación del departamento marcaron un reto importante para el diseño: el departamento debía abrirse hacia el frente, orientado al noreste, y controlar sus aperturas al fondo, es decir, al suroeste, en donde queda expuesto a fuertes vientos. La fachada lateral, hacia el sureste, a pesar de estar sometida a la lluvia y también a fuertes ráfagas, debía contar con importantes paños de vidrio para permitir las vistas al océano. Al interior, cuenta con dos recámaras secundarias, ambas con baños, una habitación principal con vestidor, baño, jacuzzi y un estar con comedor y cocina integrados. Este ambiente tiene vistas destacadas hacia la playa, a través de una generosa apertura, los usuarios pueden salir a la terraza principal desde donde obtienen panorámicas del entorno circundante. El mobiliario fue elegido por los propietarios del departamento, un matrimonio joven con dos niños, quienes se decantaron por una combinación de equipamiento fijo, así como muebles trasladables de madera recuperada de pino canadiense, proveniente de cajones de embalaje de motores. La paleta de color está marcada por tonos neutros que van del blanco al gris, misma que es acentuada por azul tenue en las recámaras de los niños.

El departamento es parte del residencial Maralago, en Playa Diamante, Acapulco. La vista al mar que se disfruta desde esta ubicación deleita a propietarios y visitantes. Y es que, al tratarse de un hogar fuera de la ciudad, el propósito de los dueños era contar con un espacio para relajarse del estrés de la capital. El comedor y la sala cuentan con vigas aparentes, las cuales generan la sensación de mayor altura. Un acabado base de tono gris crea un contraste con los blancos de los muros, además del aluminio y el cristal que permiten una relación perfecta interior-exterior. Asimismo, el mobiliario también forma parte del proyecto integral: se eligieron pocos elementos, pero de amplias dimensiones, con diseño y funcionalidad. En la recámara principal, el baño en suite está separado por un tocador con espejos colgantes que le proporciona más luz y amplitud al dormitorio. La iluminación es indirecta, lo que proporciona confort e intimidad en los espacios. En tanto, la entrada de luz natural, en combinación con la luminotecnia, da pie a escenas, colores y juegos de sombras a lo largo de todo el día, lo que genera atmósferas vibrantes en todo el departamento.

El concepto arquitectónico del departamento se basa en la integración de espacios con el movimiento de alturas, los materiales y la iluminación. La zonificación de las áreas se fragmenta por medio de bloques sólidos, de alturas variables que definen la distribución dentro del departamento. Dichos elementos conforman las áreas privadas y de servicio, tales como sanitarios y vestidores. Luz, plasticidad y funcionalidad entran en perfecto balance junto con los materiales utilizados (madera, cristal, piedra y acero) que rigen como elementos delimitantes para crear distintos ambientes dentro de un mismo espacio. Tras pasar el umbral de la puerta principal, la percepción de la ubicación de cada una de las piezas del departamento es casi inmediata. Las áreas sociales son las primeras en sorprender al usuario por la correcta composición que marca un eje compositivo por medio de un pasillo principal, el cual, con su jerarquía, divide las zonas importantes del departamento; de igual forma, los muros, que delimitan los espacios, no llegan al nivel de losa, sino que dejan ver la continuidad y así permiten una mayor amplitud en favor del confort. La vista hacia el exterior se convierte en un elemento protagonista para la composición e integración dentro de los espacios prioritarios. La iluminación natural se convierte, entonces, en un elemento fundamental para enfatizar dichas áreas.

Este town-house se ubica en la zona de Huixquilucan, en los pisos 16 y 17 de una torre habitacional de lujo. Al ingreso, el usuario encuentra un jardín vertical y un espejo de agua, que fungen como vestíbulo y generan una atmósfera confortable. La planta baja alberga las áreas sociales: estancia, comedor, estudio, desayunador, family, cocina y servicios. Este nivel destaca por la generosidad de los espacios y la apertura que presenta hacia el exterior, gracias a ventanales de piso a techo enfatizados por la doble altura de las áreas comunes. Al centro del programa arquitectónico destaca un cubo “flotante” que resguarda la recámara principal y domina el resto del departamento. Esta figura sumamente expresiva cuenta con paneles luminosos en su exterior, lo cual enfatiza no sólo su geometría, sino los múltiples escenarios lumínicos que crean unos interiores versátiles y lúdicos. Madera, acero, muros verdes, mármol y vidrio conforman la materialidad predominante en el proyecto, la cual acompaña un mobiliario y acervo artístico cuidadosamente seleccionado para dar mayor fuerza, drama o neutralidad a los diferentes espacios.

Este proyecto obtuvo mención honorífica en la Bienal de Arquitectura de la Ciudad de México, Craft Arquitectos partió de dos premisas: la primera romper con la continuidad frontal y crear 14 departamentos de doble orientación. El proyecto se separa de la colindancia en dirección al este, dejando un patio que conecta visualmente las dos calles que lo limitan así se genera una tercera fachada en el volumen. La estructura del edificio está resuelta con muros de carga dispuestos cada 3 metros en sentido longitudinal, y un núcleo de comunicaciones de concreto en sentido transversal.

En una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México, Calzada de Tlalpan, se ha desarrollado esta propuesta de vivienda media con 27 departamentos. La premisa ha sido plasmar el contexto inmediato dentro de la misma arquitectura, de forma que el edificio se sienta propio de una avenida muy transitada. En primera instancia, la fachada destaca por una retícula, tanto en líneas verticales como horizontales en curva, lo que le provee dinamismo al edificio, crea la sensación de movimiento y genera privacidad hacia adentro. Con esta solución, también se aprovecha un poco más el predio, cuya normativa nos pedía remeter el edificio 5 metros de Calzada de Tlalpan, y se genera un juego de terrazas para que algunos de los departamentos sumen un espacio exterior. La edificación alcanza los 10 niveles, con 3 departamentos por piso y un nivel inferior destinado a estacionamiento. Los departamentos coinciden en cuanto a distribución, pero cambian en tamaño: hay unidades de 60, 65 y 80 metros cuadrados, de acuerdo a las diferentes necesidades de los condóminos.

Se propone una completa reestructuración de un edificio de oficinas en desuso y con 60 años de antigüedad, para transformarlo en un complejo habitacional de nivel medio-alto que se posicione como precursor de un cambio en la tipología de edificación y modelo de densidad en la zona en la que se ubica. La propuesta comprende, en su primera etapa, la rehabilitación, reconstrucción y remodelación del edificio existente y, en la segunda, una obra nueva que se funde en el edificio original, al uniformizar la estructura principal tanto en sus fachadas como en sus interiores. La decisión de no demoler el edificio existente parte de la idea de reutilizar las estructuras para reducir los residuos generados por la construcción –que generan un problema logístico y ambiental– y así aprovechar los materiales disponibles. El proyecto debe su nombre al cubo Rubik, un rompecabezas tridimensional diseñado por Erno Rubik en 1974, debido al dinamismo que se ve reflejado en las fachadas y al uso de una modulación rítmica, elementos que evocan la diversidad formal del tradicional juguete. La idea nace de dividir el programa funcional de la vivienda en módulos de 3x3, lo cual crea un patrón repetitivo pero flexible a la vez. Los ocho niveles del edificio rotan de manera alterna, asemejando los movimientos de las caras del cubo Rubik y generando un juego de sombras y balcones en ambas fachadas del edificio. La rotación de la fachada, los volados resultantes y los elementos verticales en los balcones resuelven una gran diversidad de retos, como la privacidad, el ruido generado por el tráfico y el control solar. Los espacios interiores obtenidos son más confortables en cuanto iluminación natural e intimidad para los usuarios.

Atenas 40 surge de la rehabilitación y cambio de uso de suelo de dos edificios de oficinas de los años 50 ubicados en la calle Atenas. La decisión de no demoler el edificio existente parte de la idea de la re utilización de estructuras y espacios existentes, para reducir los desechos generados por la construcción y tener un menor impacto al medio ambiente. Las necesidades de cada persona y modos de vida son diferentes, por lo que los espacios de vida también deben serlo, por eso una de las metas que se fijó desde el principio fue que; partiendo de viviendas tipo, hubiese diferencias en cada una de ellas para que se adaptasen a las necesidades de cada persona. Debido al deterioro estructural del edificio se requirió de un reforzamiento y replanteamiento general del espacio, adhiriendo contraventeos en fachada, ensanchamiento de columnas y reubicación de escaleras y elevador, afectando directamente la relación interior y exterior. Tomando en cuenta lo anterior, la fachada se moduló en unidades de 3.00x3.00m considerando estas dimensiones para organizar los espacios habitables. Basados en ésta modulación se decidió la ubicación óptima de los contraventeos, tomando en cuenta tanto la estructura como la disposición de los diferentes espacios de la vivienda para que todas tuvieran acceso al exterior. Los contraventeos se emplearon para extrudir los módulos generando volúmenes hacia el exterior, permitiendo aumentar el espacio interior o crear terrazas amplias, cubiertas y descubiertas. La superposición de los volúmenes crea un interesante engranaje de puntos de vista entre los distintos departamentos y sus zonas interiores y exteriores, dando al usuario una experiencia atractiva de la vida cotidiana, basada en la interacción social.