Ubicado dentro del primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México, en la calle de San Ildefonso, casi haciendo esquina con la histórica calle de República de Argentina, se localiza este proyecto de revitalización que ha emprendido Boue Arquitectos. Se trata de un edificio de cuatro niveles que ha sido intervenido con la finalidad de reactivar su planta baja; rehabilitar de manera exhaustiva su interior, rescatar su fachada e integrar —con su uso y la población flotante que atraerá— nuevas dinámicas a su contexto inmediato, el cual se caracteriza por su alta actividad comercial y turística, una oferta cultural extraordinaria y una relevancia histórica sin precedente.
El proyecto al reaparecer y retomar su vocación como edificio de vivienda, busca contribuir a la revalorización de su paisaje urbano y las iniciativas estratégicas que se han dado en el, por medio de diversos proyectos de peatonalización, movilidad y recuperación del espacio público. Su ubicación privilegiada colmada de un sinfín de edificios pertenecientes a diversos estilos arquitectónicos se suma a zonas arqueológicas declaradas monumento nacional y destinos turísticos obligados que narran la identidad de nuestro país a través del tiempo. La oferta gastronómica, sus museos, sus librerías y la atmosfera de un centro histórico único enmarcan la experiencia de habitarlo para sentir el pulso de una gran ciudad.
Sin embargo, es la dualidad entre comercio y turismo la condición de mayor desafío que presenta este sector ya que gran parte de la riqueza arquitectónica se encuentra amenazada al subutilizarse como espacios de resguardo comercial. Paulatinamente, pero ha comenzado a revertirse esta lógica y esto es parte de la apuesta de este proyecto que ha devuelto su planta baja a la actividad de la calle de San Ildefonso habilitando dos nuevos espacios comerciales, y tres niveles de vivienda en donde se han configurado diversos tipos de departamentos. En su interior se cuenta con lo indispensable sin escatimar la comodidad: una o dos habitaciones, baño, sala –comedor y cocina.
Bajo la idea principal de optimizar el espacio sin hacer sacrificios de confort, el proyecto cuenta con un lobby principal en planta baja, un patio central al que se le ha incorporado una fuente que recorre todos los niveles del edificio y acompaña el núcleo de circulación vertical (elevador y escaleras principales). De este modo se conectan todos los departamentos y se aíslan del ruido exterior logrando que la fuente sea el elemento sonoro que ambienta cada uno de los espacios interiores. Así el proyecto corona la parte superior con una terraza abierta y un centro de amenidades: gimnasio, servicios, asador, un salón principal y el roofgarden con una vista privilegiada de la Ciudad de México, éste es sin duda el espacio de convivencia más atractivo del proyecto.
Esta recuperación exitosa que contó con el aval de dependencias oficiales se mesura en acabados y en detalles arquitectónicos poniendo como punto de énfasis la arquitectura en su distribución original, la optimización de recursos y la sencillez de gestos constructivos en muros y plafones en color blanco, beige y acentos de color negro en la herrería. Correspondencias francas a los edificios aledaños y su discreta presencia. Tres elementos acentúan un gesto de ruptura por medio del color: la vegetación que colma las vistas desde el patio central y su tratamiento en piso, un mural en el lobby en color dorado y el abundante jardín del roofgarden que acompaña una jacaranda exterior que domina la calle de San Ildefonso.