Arrow, una empresa de electrónicos buscaba reubicar sus oficinas ya que en donde se encontraban no cumplía con sus necesidades y complicaba su funcionamiento. Esta fue una oportunidad para renovar su imagen y reestructurar la forma de trabajar internamente, así como de dar una mejor atención al cliente.
Tres salas de juntas conforman un volumen central, permitiendo utilizarlas como una sola al ser divididas por muros móviles. El volumen se encuentra rematando la entrada principal permitiendo un fácil acceso a los visitantes, dando más privacidad a las zonas de trabajo.
Las áreas abiertas se dividieron en dos tanto por la disposición del edificio cómo por la estructura de los equipos. El gran reto del proyecto fue que el edificio tenía más de 30 años con un entrepiso de 2.70m, por lo que se trabajó en colaboración muy cercana con los ingenieros para ubicar los equipos de AA en pasillos perimetrales, permitiendo tener mayor altura en los espacios de trabajo, ayudando a dar un sentido de mayor amplitud en las zonas que más se utilizan.
El diseño de los plafones ayuda a dar movimiento al espacio y quitarle seriedad, así como la utilización estratégica de branding por toda la oficina, da sentido de identidad y pertenencia a la empresa.