La Casa TEC 205 se encuentra en el borde sur de Monterrey, muy cerca del parque ecológico Chipinque. Un paisaje urbano dominado por la Sierra Madre, omnipresente en el horizonte de la ciudad. Esta casa es el premio del Tradicional Sorteo que organiza cada año el Tecnológico de Monterrey para recaudar fondos para sus alumnos.
El concepto de la casa surge de cuatro grandes árboles que encontramos ya habitando el solar cuando lo paseamos por primera vez, tres nogales y un trueno. Su belleza nos cautivó inmediatamente y decidimos que formasen parte del proyecto. La arquitectura de la casa los envuelve, los arropa, los enmarca, los viste y los ensalza. Los árboles, ahora embebidos en la casa, habitan nuevos espacios.
Cada una de las estancias de la casa se extiende en un espacio exterior que le corresponde y le amplía, un jardín, un patio, una terraza, aportando a cada espacio interior un paisajismo diferente, un carácter único, una luz individual, a veces reflejada, a veces directa, a veces tamizada.
Los espacios de la casa quedan delimitados y enmarcados por unos muros que se desligan y flotan y cuyo cometido es esconder y desdibujar la volumetría exterior de la casa. Los muros se extienden hasta el jardín donde los huecos que las perforan nos ayudan a leerlos como elementos independientes, plásticos. Admiramos y apreciamos el uso de color en la arquitectura mexicana, desde la arquitectura vernácula, a los maestros Barragán y Legorreta, y lo incorporamos en estos muros que caracterizan tanto el exterior como el interior de la vivienda.
La casa se organiza en tres alturas, y la gran pendiente del terreno permite que se entre por el piso intermedio, quedando el piso bajo a cota del jardín pero parcialmente enterrado. Se han dispuesto aquí los dormitorios, aprovechando la inercia térmica de la tierra, aportando frescor a la casa y ahorrando energía. También potenciamos el uso de ventilación natural, orientando los huecos para que los vientos predominantes, este-oeste, favorezcan la entrada de aire fresco y evacuación de aire caliente. Estas medidas forman parte de las estrategias sostenibles de la casa, que buscan reducir su impacto medioambiental.
La cubierta se concibe como un gran cuarto exterior, delimitado por muros y ventanas que enmarcan las fantásticas vistas de los cerros Regiomontanos. En el centro de este espacio aparece la copa del gran Trueno, aportando vegetación, sombra y frescor de manera inusitada. La alberca es quizás la protagonista de este espacio, junto al asador y al chill-out, convirtiendo la cubierta en el espacio principal de entretenimiento, accesible desde la entrada de la parcela con una escalera exterior independiente.
En el interior el color ha sido de nuevo el protagonista. El pigmento de cada muro permanece dentro de la casa, reconociendo aún más su autonomía. En algunas estancias se han empleado papeles pintados de la marca inglesa Mural Wallpaper con murales vibrantes que aportan color y diseño y, en otras, baldosas mexicanas con patrones geométricos y colores vivos.
Algunos de los productos son diseño de Moneo Brock, como las alfombras, coloridas, geométricas, orgánicas. Cabe destacar el biombo PlexiJazz, de acrílico translucido y de colores, que recibe al visitante en el vestíbulo de entrada y establece el carácter general del interiorismo.
También se han elegido muebles de grandes diseñadores internacionales y marcas de gran prestigio con otros más genéricos pero igualmente bellos. Por ejemplo, en el salón principal se ubican dos sofás de Patricia Urquiola diseñados para Kettal y otro sofá Polder, de Hella Jongerius para Vitra. Dos de las butacas, las Slow Chair, están diseñadas por los hermanos Bourollec para Vitra, mientras que las otras dos, las Sonia D, son diseño nuestro para la firma Ecus. El gran tapete de 3.10 x 5.45 m, imitando las tablas de madera formando un parquet, es diseño propio. La gran lámpara colgante es del diseñador Arik Levy, para VIbia, mientras que la lámpara de pie TamTam es diseño de Fabien Dumas para Marset.
Desde el comienzo del proyecto se han incorporado medidas bioclimáticas para minimizar el impacto ecológico del proyecto. La casa se forma alrededor de varios patios, generados alrededor de árboles existentes, con una lámina de agua, creando un microclima fresco y agradable y ofreciendo luz natural y aire limpio a las estancias interiores.
Las fachadas exteriores están protegidas de la insolación excesiva mediante varias combinaciones de persianas exteriores hacia el este, pantallas verticales al oeste y aleros horizontales hacia el sur, situadas al lado y por encima de las ventanas. Todos los espacios interiores disponen de iluminación natural debidamente controlada, permitiendo que el sol entre directamente muy pocas horas del día y nunca en verano. Además, los huecos están colocados de tal forma que inducen la ventilación natural cruzada.
El semi-enterramiento de los dormitorios aprovecha la gran masa de la tierra que actúa como amortiguador térmico y mantiene estable la temperatura de esta zona de la casa. Los dormitorios quedan expuestos al jardín que da hacia el noreste, la orientación óptima para estas estancias.