Esta propuesta de viviendas unifamiliares se ubica en Atizapán de Zaragoza, municipio del Estado de México, en un fraccionamiento llamado Bellas Lomas.
El proyecto propone un prototipo de vivienda de bajo costo y sistema constructivo sencillo, tanto por su ubicación como por el perfil socioeconómico de las personas que lo van a habitar.
Uno de los primeros retos es el terreno en el que se desplantan las viviendas, pues resulta muy estrecho, de 7 metros de frente y 20 metros de fondo, y, en algunos casos, nos enfrentamos con un desnivel de 4.5 metros entre el frente y el fondo.
Como premisa principal, se parte del concepto de “casa crecedera”, es decir, se entiende la vivienda como unidad básica e incompleta que por su tamaño es asequible en el mercado actual. La intención es que esta flexibilidad permita al usuario, en un futuro, la ampliación de la vivienda en vertical, según cambien sus condiciones y necesidades.
A través de módulos de 16 metros cuadrados, que se repiten y escalonan en el terreno terraceado, el programa de la vivienda se organiza en L, lo que da pie a un patio alargado en el que vuelcan todos los espacios.
La vivienda se cierra hacia la calle mediante una fachada sólida de concreto aparente para abrirse completamente al patio interior y crear vistas cruzadas entre las estancias en los diferentes niveles de la vivienda.
Un núcleo de servicios y uno vertical aporta una función estructural, además de separar la zona pública de la privada.






