Ordenada alrededor de un patio central, Casa Clemente busca abrir los espacios al exterior para tener conexión con los jardines, brindando así una sensación de amplitud y ambiente relajado. La ventilación cruzada y entradas de luz solar están calculadas para poder controlar el microclima de la vivienda a partir de estas aperturas, la casa busca responder a una vida sencilla, sin pretensiones.
No es sencillo saber de dónde surgió la estética de la casa, orgánica, racionalista, romántica y ecléctica; Casa Clemente y su decoración utiliza elementos de diferentes arquitecturas del mundo, recopilando elementos vernáculos de pueblos mediterráneos. Los muros imperfectos y textura de ladrillos expuestos recuerdan zonas rurales, el pórtico portugués, el jardín central Novohispano, así como la cancelaría remite a casas japonesas y construcciones modernas de las ciudades latinas, por destacar algunos. Las pérgolas de formas orgánicas crean sombras con dibujos de hojas de árbol, para recordar estar bajo la sombra de una fronda, invitando a descansar y disfrutando del clima cálido que rodea el paisaje.
El elemento más distintivo de Casa Clemente es el techo, que cubre todos los espacios bajo una geometría de dos aguas, pintado de color negro. Un ojo de buey, elemento típico de la arquitectura queretana del virreinato, nos permite ver desde el exterior la extraña geometría de la techumbre, además caricaturiza los elementos estéticos de la casa, buscando establecer un diálogo con quien está por entrar por la puerta principal.
Los acabados de las superficies de la casa son muy diversos, telas con textura, empastados burdos de cal, ladrillo rojo, concreto expuesto, acero oxidado, mármol negro, canteras de la región etc. Lo ecléctico de los materiales busca incentivar que cualquier objeto pueda encontrar su lugar en esta casa, tejiendo la complejidad de sus sensaciones a partir de la capacidad narrativa de los elementos que lo conforman, en cada pared y cada mueble podemos buscar una historia, intuir el recorrido que el objeto ha pasado hasta llegar a su destino. Los espacios además están rodeados de libros, vistas y objetos curiosos, las lámparas cuelgan de los techos libremente, los cables dibujan curvas que rompen las composiciones visuales, siempre hay algo que llama la atención por su sencillez y originalidad.
Casa Clemente se construye con viajes, con salir al mundo y empapar sus interiores de él, viajar para regresar y construir un mundo propio.









