El departamento es parte del residencial Maralago, en Playa Diamante, Acapulco.
La vista al mar que se disfruta desde esta ubicación deleita a propietarios y visitantes.
Y es que, al tratarse de un hogar fuera de la ciudad, el propósito de los dueños era contar con un espacio para relajarse del estrés de la capital.
El comedor y la sala cuentan con vigas aparentes, las cuales generan la sensación de mayor altura. Un acabado base de tono gris crea un contraste con los blancos de los muros, además del aluminio y el cristal que permiten una relación perfecta interior-exterior.
Asimismo, el mobiliario también forma parte del proyecto integral: se eligieron pocos elementos, pero de amplias dimensiones, con diseño y funcionalidad.
En la recámara principal, el baño en suite está separado por un tocador con espejos colgantes que le proporciona más luz y amplitud al dormitorio.
La iluminación es indirecta, lo que proporciona confort e intimidad en los espacios. En tanto, la entrada de luz natural, en combinación con la luminotecnia, da pie a escenas, colores y juegos de sombras a lo largo de todo el día, lo que genera atmósferas vibrantes en todo el departamento.
