Ubicado en la colonia Lomas de Tecamachalco, municipio de Naucalpan, Estado de México, el proyecto Fuente de la Templanza 19 realizado por Boué Arquitectos, se inserta en un contexto peculiar, en el cual diversas zonas convergen para consolidar un perfil urbano heterogéneo y dinámico, con actividades y servicios que van desde el ámbito habitacional (unifamiliar y multifamiliar) hasta el comercial, recreacional, así equipamientos culturales o educativos dirigidos a grupos poblaciones en un amplio espectro.
En ese contexto en el que también se mantiene un equilibrio entre construcciones de hace más de tres décadas y otras de reciente manufactura, se encuentra una gama de proyectos horizontales y verticales que concentran diversos centros de negocios y espacios corporativos, entre los cuales un gesto evidente es su proceso constante de renovación en cuanto a imagen, escala y función. Todo se encuentra transformándose continuamente, los lenguajes, los estilos y las reglas de cada proyecto, se trata de un escaparate de manifiestos múltiples. Donde focalizar las intenciones del diseño es parte del desafío.
Considerando lo anterior, este proyecto planeado desde 2014 y concluido en 2016, traduce este acelerado proceso de transformación de la arquitectura que lo rodea para concentrar en su diseño, un lenguaje atemporal con geometrías y elementos sobrios; estrategias y elementos de proyecto definidos por la búsqueda de la máxima funcionalidad en su configuración espacial (interior y exterior). Eficiencia y flexibilidad por encima de configuraciones irreversibles. Legibilidad estructural por encima de acrobacias de cálculo y prudencia en el diseño de la fachada más que un llamativo escaparate multicolor.
Por ello, haciendo uso de un planteamiento estructural estratégico; concentrando el núcleo de circulaciones verticales y optimizando el funcionamiento del estacionamiento por medio de un par de elevadores de autos, se ha conseguido una flexibilidad favorable para configurar amplias áreas de trabajo bien iluminadas y ventiladas que se abren hacia las fachadas principal (calle Fuente de Templanza) y posterior (el área libre del proyecto con área verde).
En ese sentido, el edificio -desplantado sobre una calle que sigue una pronunciada pendiente- se retrae del límite de su colindancia frontal para albergar una zona ajardinada y el acceso peatonal, franqueado por el acceso y salida vehiculares. La transición de la calle hacia el edificio culmina con un lobby en ese mismo nivel que permite acceder a la circulación vertical del edificio para llegar a los dos niveles superiores de oficinas, uno inferior, la terraza-azotea, así como los dos niveles y medio de estacionamiento.
Desde la calle, una escalera independiente al acceso principal franquea un patio que se encuentra en un nivel subterráneo y alberga la zona comercial del proyecto. Los locales ahí dispuestos toman ventaja de esa apertura para ventilarse e iluminarse de forma pasiva, teniendo como remate visual y área común una fuente y la sombra de un árbol, el cual sobresale recorriendo todo el edificio por la fachada principal.