Este town-house se ubica en la zona de Huixquilucan, en los pisos 16 y 17 de una torre habitacional de lujo.
Al ingreso, el usuario encuentra un jardín vertical y un espejo de agua, que fungen como vestíbulo y generan una atmósfera confortable.
La planta baja alberga las áreas sociales: estancia, comedor, estudio, desayunador, family, cocina y servicios. Este nivel destaca por la generosidad de los espacios y la apertura que presenta hacia el exterior, gracias a ventanales de piso a techo enfatizados por la doble altura de las áreas comunes.
Al centro del programa arquitectónico destaca un cubo “flotante” que resguarda la recámara principal y domina el resto del departamento.
Esta figura sumamente expresiva cuenta con paneles luminosos en su exterior, lo cual enfatiza no sólo su geometría, sino los múltiples escenarios lumínicos que crean unos interiores versátiles y lúdicos.
Madera, acero, muros verdes, mármol y vidrio conforman la materialidad predominante en el proyecto, la cual acompaña un mobiliario y acervo artístico cuidadosamente seleccionado para dar mayor fuerza, drama o neutralidad a los diferentes espacios.